Argentina
Cuando se habla de Argentina, inevitablemente aparecen en la imaginación los gauchos y el tango, pero
lo que realmente cautiva a muchos viajeros son sus bellezas naturales. La variedad de sus paisajes cubre desde los desiertos
más septentrionales a la cordillera de los Andes en el sur; desde las cataratas de Iguazú a la desolada Patagonia. Y, por
encima de todo, se alza Buenos Aires, la capital, una magnífica ciudad que puede sorprender tanto por su elegancia como por
su cultura neo-europea.
De hecho, la característica más reveladora del elevado número de población inmigrante es comprobar
cómo los rasgos de la cultura europea se han mantenido intactos durante su adaptación al denominado Nuevo Mundo. Por ello,
Argentina es un país latinoamericano en el que los europeos, norteamericanos y anglófonos se sienten a gusto y pasan prácticamente
inadvertidos.
Nombre oficial: República Argentina Superficie: 2.776.890 km² Población: 37.812.817 hab.
Capital: Buenos Aires (16.000.000 hab.) Nacionalidades y etnias: 85% blancos, 15% mestizos, indios y otras minorías
Idioma: español, más 17 lenguas indígenas Religión: 93% católicos romanos; 2,5% protestantes; 2% judíos; 1,5% católicos
ucranianos; 1% ortodoxos armenios Régimen político: república federal presidencialista Presidente: Néstor Kirchner
Información práctica
Visados: la mayoría de los extranjeros no necesitan visado; en teoría, al llegar
al país, los viajeros reciben una tarjeta de turista de 90 días renovable. Condiciones sanitarias: cólera y fiebre amarilla
(en el norte subtropical) Hora local: GMT-3; Buenos Aires sigue los cambios horarios para aprovechar la luz solar. Electricidad:
220V, 50Hz Pesos y medidas: sistema métrico, aunque en algunas zonas rurales se utiliza la legua (unos 5 km).
Cuándo
ir
Para los residentes en el hemisferio norte, Argentina ofrece la atractiva posibilidad de disfrutar de dos veranos
durante un mismo año, aunque debido a su gran diversidad y a su extensa geografía, merece la pena visitar estas tierras en
cualquier época. Buenos Aires, por ejemplo, cuenta con numerosos atractivos urbanos que trascienden las estaciones; sin embargo,
para apreciar zonas como la Patagonia o el glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz, conviene aprovechar los meses de verano,
entre diciembre y febrero. El mejor momento para acercarse a las cataratas de Iguazú, en la provincia subtropical de Misiones,
es en la primavera o el invierno del hemisferio sur, cuando el calor y la humedad son menos sofocantes. Durante el invierno
(de mediados de junio a finales de septiembre) se puede practicar el esquí.
Fiestas y celebraciones
Argentina
celebra pocas fiestas y días festivos, y mayoritariamente tienen su origen en el calendario litúrgico de los católicos romanos.
Se centran en torno a las Navidades, el Año Nuevo y la Semana Santa. Otros acontecimientos importantes son el día de todos
los Santos y las fiestas de las distintas provincias, como la conmemoración de la Revolución de Mayo de 1810 (25 de mayo),
el Día de las Malvinas (10 de junio) y el Día de la Raza (12 de octubre).
Qué ver Buenos Aires
Para
el reconocido escritor bonaerense Jorge Luis Borges, su ciudad era tan eterna como el agua y como el aire. Para muchos argentinos,
su capital es sinónimo del país mismo, hasta tal punto que el 40 por ciento de la población vive en el extrarradio, en constante
expansión, de la inmensa metrópoli. Buenos Aires está situado en la rivera del río de la Plata, en el distrito de la Capital
Federal y no, como pudiera pensarse, en la provincia de Buenos Aires. Es un reflejo del urbanismo europeo y su centro, compacto
y uniforme, se asemeja a París; sus avenidas bordeadas de árboles y sus abundantes plazas evocan una elegancia desvaída y
seductora. La ciudad está atestada de banqueros y lujosos escaparates mezclados con mendigos y desempleados de los suburbios
que rodean la ciudad. En el núcleo urbano, la plaza de Mayo es el principal foco de actividad; la avenida 9 de Julio, cerca
de allí, es conocida como la más ancha del mundo, una auténtica pesadilla para el viandante, mientras que la avenida Santa
Fe es el lugar perfecto para ir de compras.
Entre los atractivos de Buenos Aires destacan la Catedral Metropolitana,
donde se halla el mausoleo de José de San Martín, héroe nacional de la lucha por la independencia de Argentina; el Teatro
Colón, uno de los templos operísticos, de ballet y música clásica más prestigiosos del mundo; toda una serie de interesantes
museos, entre los que sobresalen el Nacional de Bellas Artes, el Museo del Cine y el Histórico Nacional, que presenta un panorama
de la evolución del país; el colorista barrio italiano de La Boca, con sus viviendas de madera de llamativos colores a lo
largo del canal del Riachuelo; y el Cementerio de la Recoleta.
Buenos Aires es una ciudad en la cualindependientemente
de si uno se hospeda en hoteles modestos o lujosos, es posible alojarse en el corazón de la urbe. El barrio del Congreso es
un buen lugar donde dormir a precios razonables, mientras que los hoteles de coste medio se concentran en la avenida de Mayo.
En los barrios de La Boca y de San Telmo se puede comer por cantidades realmente módicas. En el centro, Lavalle y la avenida
Corrientes son los lugares idóneos para consumir pizza, tomar café con los intelectuales locales o disfrutar de uno de los
populares platos de carne.
Dinero y precios
Moneda: peso
Comidas
Presupuesto bajo:
entre 4 y 10 dólares Presupuesto medio: entre 10 y 20 dólares Presupuesto alto: a partir de 20 dólares
Alojamiento
Presupuesto bajo: entre 20 y 30 dólares Presupuesto medio: entre 30 y 40 dólares Presupuesto alto: a partir
de 40 dólares
Debido a una cierta recuperación de la economía y a la desaparición de la paridad entre peso y dólar,
Argentina es en este momento un país mucho más barato que hace unos años. Aquéllos que hayan estimado unos gastos mínimos
deben tener en cuenta que necesitarán, al menos, entre 35 y 40 dólares al día; mientras que los que se hospeden en hoteles
más lujosos y deseen comer en restaurantes gastarán aproximadamente 100 dólares diarios.
La reciente devaluación del
peso significa el fin de las apuestas. Actualmente, el valor del peso ha caído en cerca de un cincuenta por ciento respecto
del dólar estadounidense, y resulta difícil prever cuánto más podrá devaluarse cuando las restricciones bancarias disminuyan.
Esto podría traducirse en precios muy económicos para los viajeros, pero sólo si se consigue controlar la inflación. Hoy por
hoy el gobierno intenta que los comerciantes no suban los precios, puesto que la galopante inflación sumiría a la frágil economía
argentina en el caos. En las décadas de 1970 y 1980 la inflación superaba el 100% anual y en ocasiones era todavía mucho mayor;
en 1989 alcanzó un escalofriante 5000%. Debido a la histórica inestabilidad económica de Argentina, los viajeros deben seguir
con atención los mercados bursátiles.
El dólar se acepta prácticamente sin ningún tipo de problema; en general, no
es necesario canjear esta moneda por pesos. Sin embargo, en caso de que el turista deba efectuar un cambio de divisas, es
preferible que la moneda sea la norteamericana. El único lugar donde aceptan dinero europeo fácilmente es en Buenos Aires.
Las tarjetas de crédito más corrientes son Visa y MasterCard. Si la economía funciona a buen ritmo se suele dejar un 10 por
ciento de propina. No es frecuente regatear, excepto en los mercados artesanos del noroeste andino.
Cultura
Las influencias europeas han impregnado el arte, la arquitectura, la literatura y el estilo de vida argentinos. No
obstante, y concretamente en el ámbito de la literatura, se ha desarrollado un intercambio multicultural, ya que Argentina
ha ofrecido al mundo autores de renombre como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernesto Sábato, Manuel Puig y Osvaldo Soriano.
Muchos argentinos estudiaron en Europa y una de sus consecuencias fue que Buenos Aires emulase conscientemente las tendencias
artísticas, musicales y arquitectónicas procedentes del continente europeo. Por ello, la ciudad cuenta con numerosos museos
y galerías de arte de importancia y con una comunidad teatral muy arraigada. La cinematografía argentina también ha traspasado
las fronteras del país, y se ha utilizado para borrar los horrores de la Guerra Sucia, que ahora empieza a reflejarse en toda
su crueldad en algunas de sus películas.
La muestra de cultura popular argentina más conocida es el tango, un baile
y una música que han cautivado la imaginación de los románticos del mundo entero. También cabe destacar la música folclórica
del país. Para los argentinos, el deporte es esencial; el fútbol es más una obsesión nacional que un juego. Argentina ganó
la Copa del Mundo en 1978 y en 1986, y las hazañas de Diego Armando Maradona, uno de los argentinos más populares desde el
Che Guevara, han mantenido ocupados a aficionados del fútbol, paparazzi y columnistas durante los últimos diez años.
El
catolicismo romano es la religión oficial del Estado; está salpicada de creencias populares que divergen de la doctrina oficial.
El espiritualismo y la veneración a los muertos están profundamente arraigados.
El español es el idioma oficial, aunque
algunas comunidades conservan su propia lengua como símbolo de identidad. El italiano está muy extendido, lo cual refleja
la influencia del grupo más importante de inmigrantes del país. Existen 17 lenguas nativas, entre las que destacan el quechua,
el mapuche, el guaraní, el tobas y el matacos.
La carne domina los menús argentinos; y en este país carne significa
carne de vaca. Se recomienda pedir las parrilladas, que incluyen prácticamente todas las partes del animal: callos, intestinos,
ubres... Una alternativa son los platos típicos italianos, como los ñoquis. También destaca el exquisito helado argentino,
que refleja nuevamente la influencia italiana. Compartir mate (infusión) con los amigos es un verdadero ritual, y el hecho
de que a alguien se lo ofrezcan es una forma de ser aceptado en el grupo. La yerba mate, una variedad del acebo, se prepara
de forma muy elaborada y se toma del propio recipiente, conocido con el mismo nombre.
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